Magnificat de Juan Diego

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Proclama todo mi ser la grandeza del Dios de la vida. canto la alegría de nuestra salvación porque él se fijó en nuestras razas y en todo el sufrimiento de siglos que hemos heredado y sobrellevado con dolor.

Todos dirán conmigo que el que es Fuente de vida,
El que siempre está presente con nosotros, ha hecho maravillas con todos nuestros pueblos
Reconocemos; por eso, que Él es el Único Santo,
el Dios de la cercanía y la presencia consoladora, el Dios de toda alianza buena.

Siempre nos ha hecho bienes innumerables, porque Él es el Amor, el Dios de la Unidad,el Dios del cerca y junto, el Sol y Flor de la gran verdad.

ÉI, mediante la preciosa siempre Virgen, Santa María de Guadalupe, nos ha levantado y todavía nos levanta de nuestra profunda postración y lágrimas. y por Ella se dignó manifestarnos a su Querido Hijo.

Nos trajo con Él, a estas tierras americanas, una presencia más suave, fuerte y dinámica de su Santo Espíritu, Glorificador, Amable.

Por eso los poderosos tiemblan y también los que se han enriquecido a costa y, lomo de nuestra gran pobreza, porque El es nuestro amparo y escudo, 
porque nos ha dejado, a nosotros sus pequeñitos, a Nuestra Dulce Madre, en su casita santa del Tepeyac.

Canten conmigo, toquen sus atabales y flautas, sus teponaxtles; y dancen, dancen al Dios Bueno que nos lleva de la mano y nos seguirá llevando, Porque siempre cumple sus promesas.

El mismo nos llevará a vivir lo que nos ha prometido; y seremos amigos y hermanos por siempre, en esta tierra del fríjol y del maíz...
y después eternamente... y ya desde ahora,
en un mundo de justicia, amor y vida nueva. Amén.

Fuente: apostoloteca.org