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Reflexiones
Marianas
Libro:
"Amigos de Dios
San
Josemaría Escrivá de Balaguer
Madre de Dios, Madre nuestra
El
Evangelio de la Santa Misa nos ha recordado aquella escena conmovedora de
Jesús, que se queda en Jerusalén enseñando en el templo. María y José
anduvieron la jornada entera, preguntando a los parientes y conocidos. Pero,
como no lo hallasen, volvieron a Jerusalén en su busca. La Madre de
Dios, que buscó afanosamente a su hijo, perdido sin culpa de Ella, que
experimentó la mayor alegría al encontrarle, nos ayudará a desandar lo
andado, a rectificar lo que sea preciso cuando por nuestras ligerezas o
pecados no acertemos a distinguir a Cristo. Alcanzaremos así la alegría de
abrazarnos de nuevo a El, para decirle que no lo perderemos más.
Madre de la ciencia es María, porque con Ella se aprende la lección que más
importa: que nada vale la pena, si no estamos junto al Señor; que de nada
sirven todas las maravillas de la tierra, todas las ambiciones colmadas, si
en nuestro pecho no arde la llama de amor vivo, la luz de la santa esperanza
que es un anticipo del amor interminable en nuestra definitiva Patria.
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